16/05/11
Expertos en transporte desaconsejan la construcción de un subte en Rosario
Remarcan que ese sistema es viable en ciudades donde hay una mayor cantidad de pasajeros. En cambio, sí alientan la apuesta por ómnibus de calidad y articulados, y el uso del tranvía.
¿Es viable un subte en Rosario? Para los especialistas que participaron en la Conferencia sobre Transporte Sustentable, Calidad del Aire y Cambio Climático la respuesta es afirmativa, sólo que contiene otro interrogante: ¿es necesario en estos momentos? En este caso contestan que no. “Un tranvía sería adecuado”, consideró la gerente de Planeamiento Estratégico y Control de Gestión de Metrovías, Ester Litovsky, quien ligó la oportunidad de su construcción a la actual demanda de usuarios rosarinos. Igual se expidió la especialista senior de Transporte del Banco Mundial, Elisabeth Goller. “El subterráneo no es una opción para esta ciudad”, aseguró la experta y aclaró que este sistema funciona ante un número muy alto de demanda. “Hay otros medios de transporte que pueden llevar la misma cantidad de gente y cuestan mucho menos”, argumentó. Según Goller, la implementación del subterráneo abre una discusión que amerita un análisis de varios parámetros, entre ellos el potencial de usuarios. “El subte es para grandes cantidades de gente” definió y dijo que para dar respuesta a la demanda del transporte público hay que tener en cuenta la gama completa de modalidades, todas idóneas pero aplicables a realidades y costos diferentes. “Para una baja demanda hay que implementar ómnibus, le sigue el tranvía o TransMilenio (colectivos unidos en forma articulada que paran sólo en estaciones designadas con carriles exclusivos), después se ubica el subte y en último lugar el tren”, describió. “Los modos guiados (subtes, tranvías y ferrocarriles suburbanos) deben constituirse en pilares de las reformas de transporte público en las ciudades medianas y grandes, ya que presentan amplias ventajas para cumplir con los objetivos del nuevo paradigma, mejorar la movilidad y brindar mejor calidad de vida a sus habitantes”, aseguró en tanto Litovsky en su exposición sobre “El funcionamiento de los subtes y trenes en Argentina”. Además, aseguró que “la tendencia hacia un modelo de transporte sustentable es inevitable, impulsada por las políticas locales y por la comunidad internacional, fundamentalmente como un instrumento de mitigación ante el cambio climático”. El congreso sobre transporte reunió a expertos en el tema de todo el mundo y tuvo hasta ayer a Rosario como escenario. El portavoz de la Empresa Mixta de Transporte, Matías Galíndez, destacó que en Rosario son factibles de aplicar sistemas integrados con ómnibus y tranvías, aunque admitió que lograrlo implica el desafío de una reconversión urbanística. “Podríamos pensar en conectar colectivos con tranvías y ciclovías, y la ciudad va hacia eso con el Plan Integral de Movilidad”. El director de la Fundación Ciudad Humana, de Bogotá (Colombia), Ricardo Montezuma, destacó que la solución al problema del transporte tiene una respuesta ineludible: calidad. Según el experto, que disertó sobre espacio urbano en el congreso que se realizó hasta ayer en Rosario, en América latina está en juego la recuperación del transporte público, pero por la vía de la calidad y no de la infraestructura. Esto incluye, entre otras intervenciones, un sistema único de pago para utilizar una modalidad integrada de transporte. “Ese es el camino”, enfatizó Montezuma y dijo que la experiencia ya se realiza en Bogotá, ciudad que desde hace 15 años suele tomar como referente por sus innovaciones sobre el tema. “Se debe disponer de una tarjeta única para moverse en todo el sistema de transporte”, comentó y señaló que esa accesibilidad es la clave para lograr la ansiada calidad de prestación que debe operar como objetivo del cambio. Esa tarjeta única de transporte se utiliza tanto para abobar el colectivo como para hacerlo en el tren y hasta en bicicletas. Para el profesor de Transporte de la universidad colombiana de Los Andes, Juan Pablo Bocarejo, las mejoras propuestas en esta materia incluyen las condiciones ambientales; relación que formó parte del núcleo duro del congreso sobre transporte sustentable que finalizó ayer en Rosario. Según el docente, el objetivo de máxima es reducir la contaminación, hecho en el que hasta tiene que ver la forma de conducir los ómnibus. “Si el conductor frena y arranca de modo salvaje, esos movimientos incrementarán la contaminación, por eso se debe aplicar la conducción verde, esto es que no acelere en forma innecesaria porque siguiendo el régimen del motor se puede reducir entre un 10 y 15 por ciento la contaminación”, describió. Y dijo que para esto se debe contar con una flota “nueva y eficiente y que hasta tenga su propia vía de circulación”. (La Capital / Santa Fe)